La alergia se presenta por una reacción en el sistema inmunológico al estar expuesto a diferentes sustancias que en condiciones normales no causan alteración. Suelen ser de carácter respiratorio, nervioso o eruptivo.
Nuestro sistema inmune es el encargado de producir anticuerpos que luchan contra sustancias extrañas sin causar ningún daño en nuestro organismo. En las personas alérgicas, nuestro sistema de defensa reacciona de manera muy agresiva frente a estos elementos y como consecuencia de ello daña los propios tejidos causando hipersensibilidad. A raíz de esta reacción exagerada por parte de nuestro sistema inmune pueden verse afectados diferentes órganos del cuerpo. Entre los más comunes encontramos el sistema respiratorio, el digestivo y la piel.
Los alérgenos más frecuentes suelen ser el polen, ácaros, caspa animal, moho, ciertos medicamentos y alimentos. Factores externos como la contaminación, el cambio climático, los hábitos de higiene o de alimentación, tienen un gran impacto sobre el aumento de casos de alergia.
Reforzar nuestro sistema inmunitario es clave para la prevención del desarrollo de su sintomatología.
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